Tanto nosotros, como nuestro patrimonio, son fuente de riqueza; por lo que debemos protegerlo con suma cautela.
Toda actividad que podamos realizar conlleva riesgos. La vida misma comporta la asunción de contingencias diversas, ante las que debemos estar precavidos.
Recuerda, tú eres lo más importante, no lo olvides jamás.
Así pues, ante estas eventualidades lo que puedes hacer es cubrirte, y la forma de hacerlo es contratando los seguros adecuados.
Quien busca, siempre encuentra
Afortunadamente, la competencia y oferta en materia de seguros es muy amplia, lo cual es muy bueno para los clientes o tomadores de sus servicios.
Lo primero que recomiendo hacer es un análisis de los principales riesgos que tienes como: persona, profesional, empresario, titular de inmuebles, propietario de vehículos, etc.; según sea tu situación.
Aquí entrarían todo tipo de contingencias asegurables, como la vida, incapacidad, salud, responsabilidad civil, responsabilidad profesional, lucro cesante, incendio, multiriesgos inmobiliarios, etc.
Y seguidamente, contar con un buen corredor de seguros de confianza, que te ofrezca sus servicios de mediación con aquellas compañías de seguros más solventes.
¡Pero al tanto!, los seguros se contratan siempre con el deseo de no utilizarlos jamás. Puesto que los eventos que aseguran, acostumbran a ser desgracias.
Asegura lo que más te importa
Esto me lleva a comentar que únicamente debemos asegurar aquellas cosas o materias de envergadura: como por supuesto nuestra vida (obviamente), nuestra casa, nuestra empresa,… ¿Me hago comprender?
Pero por favor, no caigas en el error de asegurar cosas banales como un simple teléfono móvil, un billete barato de avión; o cosas similares.
En todos esos casos, la prima que te proponen pagar para esas cosas de poca monta, aunque parezca asumible, es del todo desproporcionada y carísima. No lo asegures, para esos supuestos es mejor el autoseguro.
Así es, si nos compramos un móvil de, por ejemplo, 650 euros, no hay que pagar una prima del seguro (con franquicia) a todo riesgo de 15 euros al mes. Es mucho mejor que tú guardes y ahorres esos 15 euros (autoseguro), en lugar de regalárselos a la compañía de seguros.
Más recomendaciones sobre seguros
Otro consejo práctico para ahorrar en las contrataciones de seguros, es pagar las primas anualmente, en lugar de mensualmente; ya que en este caso, habitualmente la compañía aplica un sobrecoste, resultando siempre más caro.
En caso de que por cualquier motivo, ya no precises la cobertura de un seguro pagado por anticipado anualmente, recuerda solicitar la devolución de la prima pagada y no consumida; puesto que la gran mayoría de compañías accederán a ello.
Nunca recomiendo que contrates tus seguros en un banco, ya que te intentarán vender exclusivamente su producto, que por norma general resulta mucho más caro y gravoso para ti.
En cambio, siempre recomiendo formalizar las pólizas de seguros con firmas de primera línea, solventes y de reconocido prestigio. Si tu corredor de seguros es un buen profesional, aplicará este criterio.
Es importante que nuestro corredor realice una óptima evaluación del riesgo, a fin de no estar “infrasegurado”, es decir, que tengamos una cobertura inferior al montante de riesgo que deseas preservar; o bien, sobreasegurado (en este caso estarás pagando una prima en exceso).
Con una frecuencia mínima anual se debería realizar un seguimiento, tanto de los capitales cubiertos, como de las primas pagaderas; con la finalidad de validar la correcta cobertura de los riesgos, así como verificar que se estén pagando un precio justo por cada uno de los seguros.
Esto último comporta la necesidad de realizar simulaciones de cotización de primas con diversas compañías (al menos dos más, adicionales a la que ya tengas contratada); y con una antelación aconsejable de 3 meses anterior a la fecha de renovación del seguro.
De esta forma, siempre te garantizarás disponer de las mejores condiciones económicas en tus pólizas de seguros. Ya que en caso de solicitar el cambio de compañía, lo harás dentro del plazo, y no incurrirás en penalizaciones.
Y finalmente, sobre tu seguro de vida…
Asegura tu vida e incapacidad, entretanto desarrolles una actividad generadora de rentas y no dispongas, todavía, de otros ingresos pasivos o del patrimonio suficiente que te posibilite disfrutar de tu independencia financiera.
Mira, mejor te lo explico con un ejemplo:
Tiene todo el sentido del mundo disponer de un seguro de vida (más incapacidad), si tienes:
- Personas/familiares a tu cargo,
- Estás en activo y,
- No has sobrepasado la frontera de los 60 años.
En cambio, no tiene ningún sentido tener un seguro de vida cuando ya estás a las puertas de estar jubilado/retirado. Por dos motivos:
- Porque la prima del seguro de vida cuando la persona tiene una edad avanzada (+60 años), es astronómica.
- Porque se sobreentiende que a partir de los 60 años (si no antes), ya debes haber conseguido la preciada independencia financiera. Si ese es el caso, la pregunta es: ¿Para qué diablos necesitas entonces un seguro de vida?
Está claro, ¿verdad?
