¿En qué te fijas cuando miras a alguien que te atrae?
¿En sus ojos, en su sonrisa, en sus manos,… o quizás en su busto?
Seguramente, cada cual tiene sus preferencias. Y por supuesto todas son válidas.
En el mundo de las inversiones, ocurre algo parecido.
Cuando preguntas a inversores diversos, en qué se fijan a la hora de invertir en acciones de compañías, las respuestas también son variopintas.
- Unos dicen: en sus productos, en su marca, en su mercado,…
- Otros argumentan: en su cultura empresarial, en su management, en sus dividendos,…
Te diré en lo primero que me fijo yo:
- Cuando veo a una persona, en lo primero que me fijo es en su mirada.
- Tratándose de empresas, lo primero en que me fijo es en su retorno.
Seguro que ahora te preguntarás: ¿Retorno? ¿Qué quieres decir con eso de retorno?
Identifico retorno como equivalente a rendimiento. O mejor dicho, rendimiento sobre el capital empleado, que en terminología anglosajona se conoce como “Return on Capital Employed” (ROCE).
En definitiva, cuando observo a una empresa lo primero que desean ver mis ojos es su ROCE.
Una empresa con un atractivo ROCE es una compañía que aporta a los inversores una elevada rentabilidad (beneficio) por el capital aportado. Y contra más alto sea su ROCE, más seductora resulta ser esa empresa.
Eso es lo primero que yo miro. Y no sólo el último dato del ROCE disponible, sino toda su trayectoria anterior, así como las estimaciones futuras en base a sus proyecciones financieras.
El ROCE es mi primer filtro, luego vienen otros aspectos, sin duda también importantes como:
- La deuda (para corroborar que tenga poca, o ésta sea asumible)
- El precio y su comparación con los beneficios
- El valor contable
- La rentabilidad por dividendo y su evolución prevista
- Y por supuesto, la sostenibilidad en el tiempo de sus ventajas competitivas respecto a su competencia.
- ,…
Algunos inversores a veces, se “encariñan” de las empresas en las cuales invierten por razones diversas y no siempre congruentes. Por ejemplo, en base a su historia gloriosa, por su pasado esplendoroso, por su propaganda glamurosa, etc.
Te desvelo un secreto: El verdadero glamour de una empresa no está en sus productos, ni en su sector, ni en su mercado,… sino está en su ROCE.
Evidentemente, las empresas ya saben que para mantener su ROCE seductor y atractivo tienen que procurar ser: líderes en sus segmentos, creativas, innovadoras, productivas, eficientes, sostenibles,… y todo lo demás. Es decir, tienen que “cuidarse”, al igual que lo deben hacer también las personas.
¿Por qué el ROCE es tan importante?
Para un inversor a largo plazo que desea obtener un rendimiento adecuado a su inversión en función del riesgo asumido, es determinante que la empresa pueda generar por sí misma una elevada rentabilidad (retorno).
Por ejemplo, en mi caso, el rendimiento mínimo que solicito a cualquier inversión de riesgo es obtener una rentabilidad de doble dígito. Es decir, nunca invierto nada para no ganar como mínimo un 10% anual. Al menos sobre el papel. Luego la realidad, será la que tenga que ser.
Por lo tanto, tiene sentido decir que la empresa en la que deseo invertir, al menos pueda generar por ella misma, como resultado del desarrollo de su actividad, un ROCE igual o superior al 10%.
Así pues, no olvides nunca que en las empresas, como también ocurre con las personas, el ROCE hace el cariño.
Foto: ®Edgar Chaparro