En lo que a los mercados financieros se refiere, el nuevo año 2023 ha iniciado su travesía en un mar de aguas calmadas; nada que ver con las turbulencias acontecidas en el anterior 2022.
De hecho, los diferentes indicadores de las grandes bolsas mundiales están en positivo; especialmente los mercados europeos rozando el 10% de rentabilidad, con tan solo algo más de dos semanas de cotización.
Vaya, de hecho este año, en lo poco que llevamos de Enero, es el mejor arranque de ejercicio de los últimos 10 años. ¡Casi nada!
Echemos un vistazo al principal selectivo europeo, Euro Stoxx 50:
El Euro Stoxx 50 ha subido más de un 26% desde principios de Octubre hasta ahora.
Es bien cierto que los precios se han moderado, en mayor medida gracias a la bajada de los suministros energéticos (petróleo, gas, electricidad); todo en parte por un invierno sorprendentemente cálido en Europa.
Además, se ha dado la circunstancia que el gobierno de China ha ordenado la reapertura del país desmantelando las restricciones de la controvertida política de Covid Zero; lo cual también puede tener impactos para la inflación.
¿Realmente estamos tan bien?
A pesar de todo lo anterior, la pregunta que nos hacemos es: ¿-Tanto han mejorado las cosas en estos tres meses para que los mercados se hayan apreciado tanto?
Porque la guerra todavía continúa, y parece que va para largo.
Los tipos de interés van en aumento, con lo que las familias, empresas y estados se verán obligados a pagar más intereses.
El endeudamiento global alcanza cotas desorbitantes.
Y las previsiones para los próximos trimestres no son muy halagüeñas que digamos, a tenor de las expectativas de los analistas consultados.
¿Es sostenible este fulgurante arranque?
Entendemos que no.
A pesar de la bonanza reciente, creemos que todo parece indicar que el crudo invierno finalmente hará acto de presencia, y el frio se hará notar.
Los precios de la energía muy posiblemente experimenten un cierto incremento.
Y la inflación, a pesar de su moderación todavía continuará siendo elevada. Quizás haya llegado a su techo, pero no se ha doblegado; por lo que los bancos centrales posiblemente no relajarán las condiciones financieras hasta que tengan evidencias de un enfriamiento económico.
Y ese es el peligro: que los bancos centrales se pasen de frenada y exacerben el dolor en la economía (a costa de mayor desempleo).
Al respeto del empleo, ya son muchas las megacompañías (básicamente americanas), que están anunciando importantes recortes en sus plantillas. Son el caso de:
Citamos esas compañías por ser de todos conocidas, pero hay muchas más. Si esas empresas están reaccionando preparándose para la que se avecina, es una señal clara que hay que escuchar.
En este sentido las proyecciones disponibles parecen indicar la llegada de una recesión; aunque todavía es pronto para saber el nivel de profundidad de la misma, si será grave o más bien leve.
Es por todo ello que recomendamos prudencia y cautela. No dejarse llevar por la euforia del momento, y mantener la calma.
Es una opinión compartida por diversos analistas que este 2023 puede ser un buen ejercicio para la renta fija, a tenor de la evolución de los tipos de interés.
Es por ello, que somos partidarios de mantener una prudencia absoluta, y sobreponderar la renta fija a corto plazo, e ir ampliando la duración de la misma a medida que avancen los meses.
Y no será hasta bien entrado el segundo semestre cuando previsiblemente, pueda ser el turno de la renta variable.
Aunque todavía es pronto para concretar más. Iremos viendo…
¿Dónde estará la clave?
Como de costumbre la clave será los resultados que vayan divulgando las compañías (earnings) en los próximos trimestres (quarters), y atender especialmente a sus expectativas futuras (guiadance).
Ahí será dónde nosotros pondremos el foco.
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